Escribir es una labor de alfarería

 

Escribir es una labor de alfarería

Escribir es una labor de alfarería: las palabras son el barro en que se hunden las manos; el lenguaje, el torno que las moldea; después de cocida, la literatura es el barniz que remata la pieza.



Leí en la adolescencia lecturas de adultos, biografías, libros de viajes. Me pregunto por qué elegiría aquellos primeros libros que compré sin seguir ningún criterio, ninguna recomendación. Y creo encontrar la respuesta en el interés por la realidad. La realidad me resultaba, y me sigue pareciendo, más fascinante y misteriosa que las novelas de seres de fantasía y mundos mágicos.

La vida cotidiana en su faceta menos trivial, los seres humanos con sus contrariedades, ambiciones, inquietudes, huyendo siempre de los estereotipos incluso aunque estos sean bien reales...ésa es la materia de lo que escribo. El lector de mi obra, aún escasa, encontrará en ella asuntos en los que reconocer la humanidad de seres corrientes y tan particulares como nos sentimos cada cual con nuestras vivencias en el mundo en que nos haya tocado vivir.